ESCUDO EPISCOPAL DE MONSEÑOR CRISTÓBAL MEJÍA CORRAL
Es una tradición de larga data en la Iglesia católica que cada obispo tenga un “escudo” compuesto por el escudo mismo, el lema y los adornos externos, elegidos para representar simbólicamente algunos aspectos del hombre que ha sido llamado a servir a la iglesia como obispo.
Los escudos personales de los eclesiásticos aparecen en distintos lugares, como en obras de arquitectura, en publicaciones, en decretos. En la liturgia pueden verse en las cátedras, en bordados en las mitras, en las casullas.
Las armas de los eclesiásticos tienen, al centro, el escudo de cada uno, que es de libre elección. Como se decía, cada escudo debe acompañarse con una serie de elementos que permitan identificar la dignidad del eclesiástico.
Encima del escudo de los obispos se coloca (es timbrado, dicho técnicamente) por un capelo, un sombrero de ala ancha de color sinople (verde), del que caen 12 borlas (6 por lado o banda). Por la parte de atrás se dispone (va acolado, dicho técnicamente) una cruz griega con un travesaño. Por debajo del escudo aparece la divisa, es decir, un listón sobre el que se escribe el lema del obispo.
A continuación, explicamos el significado de los elementos del escudo episcopal:
En el trasfondo del escudo el cielo azul, las nubes, la Cordillera andina con su Abra de Porcuya es la cordillera que atraviesa toda Sudamérica. Es en Huancabamba donde se encuentran las lagunas Shimbe y Negra con propiedades medicinales.
De estas altas cordilleras nacen los páramos y se van formando los ríos para el riego de la agricultura y la vida de los habitantes de la costa.
En medio de este cosmos Cristo presente como el Alfa y la Omega de todo lo creado que se hizo carne (Jn 1,14) en el seno de María, estrella de la evangelización.
En la parte baja están los limones y mangos de Chulucanas regados gracias a los ríos que bajan de la cordillera.
En la parte superior Cristo campesino, cuyo autor es el ceramista Max Inga, quien sufría atrofia muscular, pero eso no fue impedimento para inspirarse de diseñar obras de arte aprovechando la tierra arcillosa de Chulucanas. Aún hay campesinos crucificados que cultivan la tierra, cuidan los bosques secos de algarrobos y crían cabras y ganados.
Lema «La verdad de Cristo nos hará libres» en medio de tantas esclavitudes y medias verdades. Cristo es la verdad y nos libera.
Comentarios recientes